¡La lectoescritura!

La lectura y la escritura son habilidades inseparables de un mismo proceso mental. Es entonces, que la lectoescritura es la capacidad de ejecutar estas dos habilidades de forma precisa. Sin embargo, no todos los niños están preparados en el mismo momento de su infancia para fortalecerla debido a que la lectoescritura requiere de cierta madurez biológica, cognitiva y motriz porque existe una serie de factores que intervienen de manera directa en su adquisición como lo son: los factores emocionales, factores pedagógicos, factores lingüísticos, incluso factores madurativos.
Es un error enseñarle a escribir y leer a un niño que aún no ha desarrollado habilidades básicas como rasgar, pintar, recortar, colorear, etcétera. Por eso es importante fomentar la estimulación de habilidades desde edad inicial y darle prioridad incluso a la postura en la que el pequeño sostiene el lápiz.
Cuando los docentes o padres de familia le exigen al niño a saltarse pasos, como por ejemplo que escriba de forma clara dentro de un renglón sin antes haber fortalecido la grafomotricidad tendremos como resultado niños frustrados, desmotivados, irritados e incluso desinteresados.
Es importante identificar tempranamente a los niños con dificultades madurativas para iniciar el proceso de aprendizaje de lectoescritura y brindar así estrategias personalizadas de acuerdo a las necesidades del niño.
Hoy en día existe una amplia variedad de actividades lúdicas para potenciar las habilidades de lectoescritura, algunas de ellas son:
- Lectura constante de cuentos de interés para los niños con preguntas al cierre en dónde se fomente la comprensión lectora.
- Trazo de letras con el método espuma que también puede ser reemplazado por gel, crema e incluso arena. Sólo es cuestión de explotar al máximo la creatividad en beneficio de los más pequeños.
- La composición de palabras y/u oraciones con tarjetas de letras de acuerdo al nivel del niño.
- Motivación constante y paciencia. Es un proceso personalizado, es decir que cada niño lleva su propio ritmo por lo que no podemos apresurar su proceso porque podemos obstaculizar y rezagar.